#ElPerúQueQueremos

Escultura: Bill Mack

La mujer como cliente y productora de insumos

Por: Sarko Medina Hinojosa

Publicado: 2016-03-08

Cuando uno ingresa a uno de los centros de Planned Parenthood en los Estados Unidos para hacerse una prueba de embarazo una encargada le comunica (de ser positivo el resultado) que si decide tener el bebé puede ir a la puerta derecha, si decide abortarlo a la izquierda. Así, sin ninguna otra opción más. Nada de consejería, nada de apoyo moral, menos de alegría por la probabilidad real de que un nuevo ser humano se geste en el vientre de una futura madre, nada de la maravillosa sensación de que la existencia es un regalo, nada de eso. 

Cosa contraria si se escoge el tema de abortarlo, por lo que me contó una amiga cercana que pasó por esta experiencia. “Yo decidí tener a mi bebé, pero, solamente por curiosidad quise ver que opciones presentaban sobre lo otro”. La operadora de salud que la atendió le mostró las opciones legales que existían en su Estado: ser realizado en una clínica o con píldora abortiva. La encargada le preguntó la edad y si estaba estudiando o trabajando, si era casada o soltera, situación legal en el país, de acuerdo a las respuestas y muy sonriente le recomendó directamente que no frustrara sus planes y que el aborto sea cubierto por el Estado.

Sin embargo ella, como ya lo había pensado, declinó la oferta y se fue a la otra oficina, donde otra encargada nuevamente le preguntó la edad, estudios, situación migratoria, luego de las respuestas, con sorpresa escuchó nuevamente las razones por las que debería abortar: estar en un país extranjero, estudiando y que frustraría su futuro. Salió alarmada y preocupada, era como sentir que la forzaban a un aborto que ella no deseaba. Esta experiencia le ocurrió hace seis años.

Hasta en su misma página Planned Parenthood da la siguiente información: “Si estás embarazada, tienes opciones. Si estás tratando de decidir si el aborto es la mejor opción para ti, probablemente haya muchas cosas que debas tener en cuenta. Informarte sobre el aborto puede ayudarte a tomar una decisión”. Tampoco se salvan las menores de 18 porque a la letra indica: “Si eres menor de 18 años, el estado en el que resides puede exigir que uno o ambos padres autoricen el aborto o que se les informe de esta decisión antes del procedimiento. No obstante, en la mayoría de los estados puedes solicitar que un juez te exima de estos requisitos.”. Para algunos esto puede sonar hasta progresista, pero lo que en realidad pasa es que vemos a la mujer dirigida a decidir por el aborto. Según sus propias estadísticas: “1 de cada 3 mujeres se harán un aborto antes de cumplir los 45 años”.

Pero si lo entendemos como un negocio, así de simple, un negocio que da trabajo a cientos de personal, que sustenta la compra masiva de pertrechos para los abortos, para los insumos que ofrecen gratuitamente pero que el Gobierno de EEUU subvenciona con más de mil quinientos millones de dólares al año, puede entenderse porqué se aferran con uñas y dientes a continuar siendo los: “Primeros proveedores de servicios de aborto en los Estados Unidos”.

Lamentablemente, para los que están detrás de esta intrumentalización de la mujer a la cual solo ven como cliente y productora de insumos, se les acaba los fondos. Ohio se unió esta semana a más estados del país del Norte que ya retiraron su colaboración a los centros de Planned Parenthood y otros más seguirán esos pasos. El terrible destape en el cual personal médico de esa institución negociaba la venta de restos orgánicos de bebés abortados, sacó a la luz el negocio estructurado, en el cual la mujer no es importante. ¿Lo dudamos? Es sencillo el razonamiento: a más mujeres embarazadas sin planificación, mayor la cantidad de abortos. Una institución que es subvencionada por donaciones y por el Estado, por iniciativa propia ¿Trabajaría para reducir su margen de supervivencia?, creo que no y sus propias estadísticas en las cuales cada año aumentan los abortos lo comprueban también, por lo cual se explica el empecinamiento que el mismo modelo surja en países como el nuestro, con grandes campañas dirigidas a que se apruebe como sea la matanza de niños en los vientres de sus madres, apelando a situaciones límite, complicaciones médicas, situaciones sociales de violencia, para al final tener una franquicia de industria donde la mujer es un mero número, frío, sin mayor trascendencia. ¿Eso queremos?


Escrito por

sarkomedina

Hoy más que cualquier cosa soy esposo y padre, lo demás ya es accesorio. Tengo un blog de crónicas: http://sarkomedina.wordpress.com/


Publicado en

Urbaneando

Opiniones urbanas desde la perspectiva periodística