Luego de examinar bajo mi propio riesgo algunos programas de televisión de concurso-reality-espectáculos que hay en la trilla nacional, llego a la conclusión que el tema del amor es un recurrente básico, pero de una manera específica y algo parametrada inclusive. 

Para empezar las mujeres para ser consideradas por los hombres, deben tener una silueta trabajada, pero no tanto por el esfuerzo en el gimnasio, sino por la labor encomiable de un cirujano plástico. Lo pongo así porque de otra forma no se explica la conclusión a la que llegó Kina por la cual debe haberse sentido inundada de presión por sus silueteadas compañeras en el programa Esto es Guerra, presión que posiblemente creemos la llevó a la conclusión que si seguía con una figura más boxeadora no podría conseguir enamorarse y tener familia.

Lo digo también por la ya comentada nueva imagen de “Queca”, la cual de tener una figura digamos más real, con algunitos kilitos demás, posiblemente se habría sometido a varias liposucciones o algún trabajo estético para el programa de marras. Verse mejor es bueno, pero recurrir constantemente a las cirugías para eso, es pésimo y lo demuestran cuantas estrellas han abusado de esas prácticas. Por la parte masculina es ya sabido que los nuevos nutrientes que se vende a diestra y siniestra en los Gym, ayudan a aumentar “milagrosamente” la masa muscular, no la cerebral.

Entonces, bellos y bellas por ende deben unirse y si no eres bello o bella pues debes esforzarte en serlo. Las parejas no se enamoran mediante gestos románticos, sino netamente en salidas a bailar hasta altas horas de la noche. Las parejas no se deben fidelidad exclusiva, ya que los “affaires” con otras parejas son consentidos y hasta celebrados por tiros y troyanos. El tema de las relaciones sexuales también es algo que debe practicarse, los embarazos de varias participantes así lo demuestran y sus confesiones en sillones rojos por dinero lo confirman.

Para resumir: el amor en sí, aquel que se presume es el verdadero, con sinceridad y respeto está desfasado para los que aprenden a enamorar al estilo Combate, Bienvenida la Tarde, Esto es Guerra y posiblemente en el nuevo que prepara Frecuencia Latina llamado “Titanes” y que amenaza con ser más explícito, sí, justo en eso. El “amor” que se presenta allí no existe, existen las relaciones temporales, aquellas que se usan para poder seguir en competencia y bajo los reflectores, porque aquel concursante que no genera rating o páginas en los diarios de espectáculo y comentarios en los noticieros, desaparece sin pena ni gloria.

Ese amor de televisión es aquel que la nueva generación tiene como imagen y la refuerza cuando a su alrededor siente que las parejas no son para siempre, que los hijos del matrimonio o de la convivencia, no cuentan al momento de elegir nueva pareja y se juega su tenencia como de ruleta se tratase, que los enamoramientos sin relaciones sexuales no son enamoramientos y desprecian a quien no cede ante la presión. Aprenden también contrarrestando lo que ven en la tele con lo que viven en los hogares, que es cierto que el dinero manda y quién tiene más elementos de “Galán con pectorales” o de “Soltera a lo Tilsa”, puede ser amado y de repente, quién sabe, encontrar la pareja que “lo entienda como es”.

Por su parte, aquellos que aún siente que el amor debe ser de dos, con gestos sinceros, con proyección a conocerse como es cada uno, de no adelantar pasos ni quemar etapas, aquellos que aún siente que el amor es un tesoro y no un artefacto de intercambio, siente la presión de una sociedad mediatizada que vanagloria el sexo por encima de la relación, tergiversando el verdadero sentido de los que significa “estar enamorado” a algo más comercial y utilitario. “Me haces sentir bien, me complaces, me das lo que quiero, entonces mereces que te ame”, ¿Es ese el verdadero sentido de las relaciones actuales?, si es así que lástima de 14 de febrero van a pasar muchos.