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Crédito de la foto: Museo de la Catedral de Arequipa - iniciativa prometheus

Los desafíos de Oaxaca para Arequipa

Por: Sarko Medina Hinojosa

Publicado: 2013-11-26

El sábado es día de mercado. Salgo temprano con mi esposa e hijo rumbo hacia el Mercado San Camilo. Bajamos justo en la esquina de la Jorge Chávez, la misma que tiene un centro comercial que agrupó a varios de los ambulantes desaforados del centro en la época de Luis Cáceres Velásquez. Siempre he imaginado que sería bueno en este lugar una remodelada a fondo, que permita a los relojeros, llaveros, vendedores de comidas y comerciantes de productos al menudeo, poder atender a sus clientes en un lugar que no se vea complementado para mal con alcohólicos, ladronzuelos, estafadores de pepitas de oro y por las noches con vendedores de Pasta Básica de Cocaína.  

Avanzando por la calle Víctor Lira, rumbo al centro de abastos que construyera la empresa Eiffel, no puedo evitar pensar en ese logro, porque logro es, que seamos sede del XIII Congreso Mundial de la Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial el 2015. Al ver a esas buenas personas que comercian y mueven económicamente gran parte de la zona, conviviendo con antros de venta de licor desde las 10 de la mañana, hoteles que fungen como prostíbulos encubiertos, huecos donde con clave te abren y te venden paquetitos de papel periódico con droga y casonas viejas en las que se ocultan las ratillas que pululan entre los transeúntes y me da pena también reventar la burbuja del éxito obtenido.

Porque se tiene que decir y lo piensan muchos, que de nada valdrá tener tan poderosa vitrina hacia el mundo para atraer turistas (esa gran industria sin humo que nos conviene tanto a todos en la ciudad) si por allí se filtra el estado caótico que se vive a solo 4 cuadras de la Plaza de Armas. No hay que ser un previsor para saber que la belleza de nuestra ciudad se termina apenas se vislumbran los montones de basura que se acumulan a lo largo del día en el Mercado San Camilo, tanto en la frentera, como por Alto de la Luna o caminando por la tarde en la Plaza España y comprobar el estado lamentable de supuestos juristas, clientes y tinterillos saliendo de bares y faltando el respeto al mundo entero, colegialas de preferencia. Ni hablar si por allí se sabe que nuestra ciudad bate record en secuestros al paso, de preferencia visitantes extranjeros.

El Centro Histórico se extiende sobre una superficie de 332 hectáreas y dentro de ella existen con 5817 predios de los cuales 500 son categorizados como patrimonio. Fue declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en noviembre de 2000, y desde entonces, no mucho se hace por conservar ese título, siempre corriendo el riesgo de perderlo por la ineficacia de burgomaestres varios y entrampamientos inconcebibles por parte de la Dirección Regional de Cultura. Se nos podrá refutar, válido, pero los números están en rojo en cuestión de apelar al dialogo y trabajo en conjunto, lo que ha llevado a un empecinamiento que dio, como ejemplo, que se construyera un centro cultural rematado por una cúpula verde que contrasta con la histórica experiencia del sillar y la belleza de la tradición arequipeña y el contexto arquitectónico. La cúpula es insufrible a la distancia, útil el complejo para fomentar los espectáculos culturales sí, por supuesto y nadie lo duda, pero usado el color verde políticamente que para nada es atractivo para las presentaciones de día, llenando de un fulgor verdoso y desluciendo las actividades que se realizan allí.

La escasa potencia de frenar la depredación de la campiña, también juega en contra y hasta la monumental obra del Puente Chilina, acaba por ponernos en jaque contra con las especificaciones de conservaduría del referido título de la Unesco. Un río contaminado que atraviesa la ciudad y por las tardes el olor a excremento que se extiende como el hálito de la muerte por toda la ciudad, acabaría en menos de dos horas con el afán de transmitirles a esas otras 248 ciudades con calificativo similar, que somos la Blanca Ciudad y, con ella, la oportunidad de ser lo que anhelamos: un destino cultural, turístico e histórico por excelencia.

Solución: unirnos. Para desterrar la delincuencia, proxenetismo, cafichaje, corrupción, inseguridad vial, borrachera nocturna, destrozo inmobiliario y demás perlas. Unirnos para de una vez promover la descentralización de instituciones hacia la periferia, cerca de esa población que, obligatoriamente tiene que saturar día a día el centro. Unirnos para dialogar y encontrar, en tiempo record, soluciones para presentarnos con la mejor camiseta al desafío del 2015, que no será eliminando de la Plaza de Armas los jardines y empedrando todo con adoquines, que no será pintando de verde eléctrico la ciudad para tapar rajaduras sociales, por favor, sino poniéndonos la camiseta de la revolución arequipeña, aquella que cuando es por un bien, nos hace ser una fuerza incontrolable, incontenible, desapegada de figuretismos y palestras políticas y sí pensando en el bien común y en futuro de nuestros hijos.


Escrito por

sarkomedina

Hoy más que cualquier cosa soy esposo y padre, lo demás ya es accesorio. Tengo un blog de crónicas: http://sarkomedina.wordpress.com/


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Urbaneando

Opiniones urbanas desde la perspectiva periodística