Eres un mentiroso o por lo menos tienen vocación a serlo, Alejandro Celestino Toledo Manrique. Todos sabemos que nunca estudiaste economía en la Universidad de Harvard como te ufanabas, vendiéndonos la imagen del “cholo power”, aquel que había conquistado el mundo, logrando el peruvian dream: plata en el bolsillo, reconocimiento extranjero y conquistarse una “gringa”, eso es engañar en cristiano. Pero no por esa mentira votamos por ti. Votamos por otra más grande.

Recuerda que eras el mayor de los defensores de la democracia contra Fujimori. Aún con lo de tu falso secuestro del 16 de octubre de 1998, en el que al parecer te la pasaste en el Melody, en vez de servir de actor porno para Vladimiro Montesinos, creímos en que eras la mejor opción, frente a un hambriento de despojos como era y es Alan García. Votamos por ti. Voté por ti. La mentira: rescatar al país de años de corrupción familiar fujimorista. La realidad fue decepcionante.

Nadie te creyó que Zaraí no era tu hija. Ya allí debimos darnos cuenta la clase de persona que eras, porque a un hijo no se le desconoce, saliendo por la tangente. Pero, aún así, lograste que te diéramos un voto de confianza. Armaste un buen circo con reconciliación y todo. El hecho que te minimizaran por tu andina ascendencia también jugó algo a favor.

La mentira nos duró cinco años. Cinco años en los que eran obvios hasta el desquicio los manejos que realizaban tus parientes en el Estado. Destape tras destape, tanto que tus aliados Waisman y Reátegui dijeron estar “asqueados”. Pero tus engaños familiares sobrepasaron la frontera de lo indecible y llegaron, casi 7 años después, a demostrar lo que todos percibimos a tu salida el 2006: que te la llevaste fácil, como dice el cantante Julio Andrade.

Dijiste primero: “La compra de la propiedad de la señora Fernenbug es fruto del esfuerzo de toda su vida, es una inversión privada, transparente, directa, sin intermediarios…”. Luego dijiste: “El costo total de las inversiones han sido financiados con préstamos… Todos los recursos que han ido a la compra de estos inmuebles están absolutamente respaldados, transparentes, hechos a través del sistema financiero internacional y nacional… Mi suegra tiene un aval del Scotiabank y el señor Maiman hace inversiones a través de Ecoteva…”.

No te bastó mecernos a todos cuando soltaste en el Congreso que: “Demuéstrenme una sola prueba de que Alejandro Toledo tuvo participación en la compra de esas dos propiedades y me retiro de la política…”. Para salir diciendo que el acuerdo del pago de tus casas en Punta Sal y Camacho fueron “verbales”, de “buena fe” y que mejor pagarle a un amigo que a un banco. Nos quieres hacer los “cholitos” de nuevo, por favor.

Basta Toledo, deja de engañarnos, asume las consecuencias de tus actos, quédate calladito, sigue fingiendo que no eres tú, no comas pescado que puedes atragantarte, mientras nosotros vigilaremos la acción de la justicia que, esperemos, te lleve a ser huésped contiguo de Alberto Fujimori y juntos esperen la remisión de sus culpas contra un país que confió en ustedes, para recibir a cambio solo mentiras.