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El Costo del Desarrollo

Publicado: 2012-10-25

Es bueno ver y escuchar a un capitalista puro, reconocer que el fin del desarrollo económico es devolverle la dignidad al ser humano, que la familia es la pieza fundamental en la que se generan los ciudadanos, que la educación y la salud son temas prioritarios de un Estado democrático. Estas apreciaciones las escuchamos de Lourdes Flores Nano en estos días.

No vienen mal, pero hay que ver en qué preciso momento, cuando podemos jactarnos de un crecimiento a raudales de dólares y euros, pero casi nulo en la mejora del nivel de vida de los sectores pobres de la serranía y selva de nuestro país, donde las mejoras salariales son un mito, los servicios públicos siguen entrampados en la burocracia y la educación da para llorar.

Se tiene que escuchar esas voces autorizadas, como la de la ex candidata presidencial, en especial cuando no hay de por medio una elección a la vista. En buena onda sabemos que las mejores verdades, las pronuncian los políticos en medio de un evento académico y cuando no están en algún cargo público o tentándolo. Por eso, reconocer que le debemos una mitad de desarrollo social al país, es nutritivo, más aún cuando estamos desangrándonos entre nosotros por cosas que ni comprendemos bien.

La Parada ha sido para todos un cachetadón de realidad. Nada que Mistura y Mundo come peruano, nada de eso, los que nos saltó a la cara es la cruda realidad de la violencia desatada, de la delincuencia incrustada en sectores de comerciantes bicéfalos de buenas intenciones y malas acciones, de autoridades que patalean por una inminente revocatoria, acusando de antidemocrática una medida que es totalmente democrática y necesaria de aplicar. El remesón de realidad nos coloca en la verdadera matriz del problema: aún somos un país chiquilín, de esos que no aprenden de sus errores.

Nuevamente es animoso escuchar el volver a la fuente, a ver a las personas como lo que son: seres humanos que tienen infinidad de problemas, generados por una mala direccionabilidad del estrato gubernamental que les corresponde en la medida de sus alcances democráticos. A cada uno lo suyo en la justa medida no es populismo, es dar lo correcto, educación de calidad, buenos servicios de salud, visión de futuro en los recursos renovables y en los que no y, por sobre todo,  proteger a la familia y animar a devolverle su sitial como núcleo de la sociedad. Urgente abrir los oídos y hacerlo. Impostergable diríamos aún más.


Escrito por

sarkomedina

Hoy más que cualquier cosa soy esposo y padre, lo demás ya es accesorio. Tengo un blog de crónicas: http://sarkomedina.wordpress.com/


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Urbaneando

Opiniones urbanas desde la perspectiva periodística